México atraviesa una severa ola de calor, causando 48 muertes y afectando la salud de más de 900 personas, según informes recientes del gobierno. La tercera ola de calor de este año, iniciada el 20 de mayo, ha llevado las temperaturas hasta 45°C en diversas regiones, intensificando los desafíos para la salud pública.
Desde mediados de marzo, México ha registrado un total de 48 muertes relacionadas con la ola de calor, y el número de personas afectadas por problemas de salud asciende a 956, de acuerdo con datos del Ministerio de Salud. Esta situación extrema ha sido catalogada como “excepcional” por el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha vinculado este fenómeno al cambio climático.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ha confirmado que esta es la tercera de las cinco olas de calor previstas para el año. Las entidades más afectadas incluyen Sinaloa, Guerrero, Morelos, Tamaulipas, San Luis Potosí, Veracruz, Tabasco, Campeche y Yucatán, donde se esperan temperaturas superiores a 45°C. Otros estados también registrarán temperaturas extremas, con máximos de 35 a 40°C en Baja California y la Ciudad de México.
El fenómeno de El Niño ha sido identificado como un factor clave en el aumento de las temperaturas. Este evento climático, que ocurre cada dos a siete años, está contribuyendo significativamente a las olas de calor. Según la Organización Meteorológica Mundial, 2023 ha sido uno de los años más calurosos registrados, exacerbado por el cambio climático y El Niño.
Las autoridades han implementado varias medidas para mitigar los efectos del calor extremo. La Secretaría de Salud (SSa) ha lanzado una campaña de comunicación en redes sociales, televisión y radio para informar a la población sobre las precauciones necesarias. Esta campaña incluye recomendaciones como evitar la exposición al sol entre las 11:00 y las 16:00 horas, usar ropa ligera, mantenerse hidratado, y prestar especial atención a los síntomas de deshidratación tanto en niños como en adultos.
En Ciudad de México, las temperaturas han alcanzado récords históricos, superando los 34°C. La situación ha llevado a la instalación de módulos de hidratación en centros de salud y la distribución de información sobre medidas preventivas.
El impacto del calor no solo se siente en la salud humana sino también en la infraestructura y el medio ambiente. La contaminación en la capital ha empeorado debido a las altas temperaturas y la falta de viento. Además, se espera que la canícula, un período de calor extremo y ausencia de lluvia que comienza en julio, agrave aún más la situación.
En resumen, México enfrenta un desafío significativo debido a las olas de calor, exacerbadas por el cambio climático y fenómenos naturales como El Niño. La respuesta coordinada de las autoridades es crucial para proteger la salud pública y mitigar los efectos adversos de este fenómeno extremo.